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Crioablación Prostática: Terapia Focal Para El Tratamiento Del Cáncer
El cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente en el varón adulto y la segunda causa de muerte por cáncer. Consiste en la formación de células anormales de la próstata que se multiplican en forma desorganizada formando un tumor. No todos los cánceres de próstata son similares ya que existen diferentes grados de agresividad.
Hoy hombres y mujeres se encuentran en una misma lucha en relación con el cáncer de mama y el cáncer de próstata. Ambos tipos de cáncer pueden detectarse de forma temprana, por eso es importante realizar los controles periódicos y la consulta al especialista ante cualquier anomalía o síntoma. En la actualidad, existen prácticas mínimamente invasivas muy novedosas como el tratamiento focal que mejoran la calidad de vida de los pacientes.
Así como en el caso de las mujeres, ante casos de cáncer de mama, antes se realizaba una mastectomía, en el caso de los hombres era muy común realizar una prostatectomía (laparoscópica o a cielo abierto). Hoy existe otra alternativa que es no sacar la próstata ni irradiarla, sino tratar el cáncer en forma focal. La principal ventaja de este tipo de terapias es preservar las funciones urinarias y sexuales, y, en consecuencia, la calidad de vida. Desde hace más de 15 años, el CDU es pionero en estos tratamientos.
La crioablación de próstata es un método de tratamiento focal del cáncer de próstata que tiene como objetivo el tratamiento de la región prostática que alberga el cáncer, preservando el resto de la glándula. De esta manera se logra tratar el tumor minimizando los efectos colaterales. Este es un tratamiento, único en el país, alternativo a las terapias estándares (cirugía o radioterapia) que puede ser beneficioso en aquellos pacientes que presenten cáncer de próstata localizado (es decir que no se haya esparcido por fuera de la próstata) y sin invasión extraprostática local.
Para determinar si un paciente es candidato a esta modalidad de tratamiento es necesario realizar una resonancia de próstata y una biopsia subsiguiente para localizar el área de la próstata afectada y planear el tratamiento a realizar. La crioablación también puede realizarse en pacientes que ya hayan recibido radioterapia y presenten recaída de la enfermedad.
El procedimiento consiste en la colocación de unas agujas que producen una bola de hielo utilizando argón comprimido. Dichas agujas se colocan a través del periné (la piel entre el escroto y el ano) bajo guía ecográfica. El procedimiento se realiza en los quirófanos del CDU bajo anestesia general y es ambulatorio. Se coloca una sonda vesical por aproximadamente 3-5 días luego de lo cual se retira en consultorio. Se aconseja una semana de reposo luego de lo cual los pacientes pueden retomar su vida habitual. El seguimiento posterior consiste en controles clínicos, PSA cada 3 meses por el primer año y una resonancia de control a la semana y al año del tratamiento.
Esta tecnología de punta, única en la Argentina, es utilizada por el equipo de urólogos certificados en crioablación de CDU, quienes cuenta con años de experiencia y formación internacional en este tipo de procedimientos.
La crioablación permite tratar el área de la próstata que alberga el tumor sin tratar los segmentos sanos de la glándula. Al minimizar el daño en la próstata los pacientes obtendrán a cambio un menor impacto en las erecciones, y prácticamente ningún impacto en su continencia. Asimismo, como hay un monitoreo en vivo de la extensión del hielo, los órganos adyacentes a la próstata (esfínter, vejiga y recto) permanecen indemnes.
El procedimiento es ambulatorio y los pacientes retoman su calidad miccional al momento de sacar la sonda vesical (3-5 días). Puede haber cierto impacto en la calidad de las erecciones, pero estas suelen retornar a niveles basales antes del año.
Es aconsejable un reposo de 7 días, luego de lo cual la mayoría de los pacientes pueden retomar sus actividades laborales.
Luego de retirada la sonda vesical se requiere realizar una resonancia magnética a los 7 días. El seguimiento subsiguiente consiste en exámenes de PSA (análisis de sangre) cada 3 meses y una resonancia al año.
El procedimiento se realiza con anestesia general y es ambulatorio. Mas allá de alguna molestia por la sonda vesical (queda colocada por 3-5 días), los pacientes no suelen requerir analgésicos.
La crioablación puede tener un impacto en la calidad de las erecciones, pero este es mucho menor al ocasionado por otros tratamientos (cirugía o radioterapia), y suele ser asimismo transitorio, retornando a niveles basales antes del año.
Cómo en todo tratamiento oncológico de cualquier órgano, existe la posibilidad de recaída, es decir que vuelva a aparecer el tumor, ya sea en la zona tratada o en otra parte de la próstata. Sin embargo, la mayoría de los pacientes en esta situación son candidatos o a un nuevo abordaje focal (crioablación o HIFU) o a un abordaje tradicional (cirugía o radioterapia).
Los estudios actuales demostraron que realizar radioterapia u operar una próstata que ha sido tratada con crioablación no acarrea mayor tasa de efectos adversos ni empeora la chance de curación, por lo que realizar una crioablación no anula la posibilidad de realizar uno de estos tratamientos si fuesen necesarios.